«Muy a menudo mato mis propias ideas antes de darles una oportunidad real de ponerlas en un proyecto que haga crecer mi negocio, ¿por qué?»
Con el gusto de saludarte, continuar con el desarrollo de tu rol como empresario y crecimiento de tu empresa o negocio te dejamos este nuevo tema.
En la última nota te compartimos herramientas que te permitirán eficientar algunos de tus procesos de negocios mismos que espero que apliques para tu beneficio, en esta ocasión aprovecharé para responder las inquietudes que nos han externado sobre todas esas ideas que aparecen dentro de tu cabeza en el día a día y aunque muchas son tan buenas que resultarían en un crecimiento para tu empresa sí las aplicarás, pero simplemente no sucede ¿Te suena? Muy bien vamos a elaborar un poco más…
Seguro a menudo te pasa en el transcurso de tu día en el negocio que se te van ocurriendo ideas que podrías desarrollar, ideas que podrían impulsar el negocio a otro nivel, ideas que quizá pudieran no ser tan exitosas, pero ¿Dónde se quedan estas ideas? ¿Recuerdas la última que se te ocurrió? O te pasa como a muchos de nuestros clientes que nos cuentan lo siguiente:
«Muy a menudo elimino mis propias ideas antes de darles una oportunidad real de ponerlas en un proyecto que haga crecer mi negocio, ¿por qué?»
Alguien me pregunto esto hace un par de días, y creo que es un problema común para la mayoría de los empresarios, sucede que en momentos de su día hay varios espacios pequeños para la creación, esos espacios de creatividad son tan minúsculos que la idea no logra cuajar y cuando se terminan estos pequeños espacios ya sea porque se dieron manejando al negocio, esperando a iniciar una junta, en el tiempo para la comida, etc. Cuando esos minúsculos momentos se terminan, matas tus propias ideas, no importando lo buenas que sean o lo exitosas en que se pudieran convertir, pues todos los problemas, decisiones y actividades de las cuales eres responsable te están esperando en la oficina de tal manera que olvidas todas y cada una de tus ideas. Lo que es común pues la presión que ejerce el negocio sobre tus hombros no te da espacio sobre una idea para saber o analizar si pudiera ser «correcta para el negocio» antes de comenzar. Y la mandas hasta el final de tus tareas hasta que sepas que será un gran éxito, o que será un éxito inmediato. Y al hacerlo, eliminas las ganas de trabajar en ello, pues mientras sea idea no tendrás la certeza de cómo va a funcionar en el negocio.
Eso sucede porque a medida que comienzas a colocar más expectativas en una idea, aumentas la presión sobre ella y, al hacerlo, comienzas a temer las consecuencias de no ser tan buena como habías pensado.
Peor aún, este miedo a las consecuencias te hace protector de esas ideas, por lo que no te das cuenta de cómo deberían ser enfocadas.
(El trabajo seguro rara vez tiene éxito).
O simplemente te centras en tus actividades diarias, para no dar un paso en falso en esta idea perfecta.
(La velocidad lenta y la falta de impulso es una forma segura de matar tu idea).
La parte difícil no es seleccionar la «buena idea», la realidad es que muchas ideas que olvidaste, algún día pasas por un escaparate y “boom” ahí esta tu idea puesta.
Renunciamos mucho más a menudo por nuestra cuenta, luego el mercado nos obliga a renunciar.
Y la verdad es que la única buena idea es en la que realmente quieres trabajar y mientras no te des un espacio completamente libre para analizar una idea ya sea con unas sesión de coaching, una sesión de mapas mentales, o simplemente trabajar sobre el desarrollo de esta idea, simple mente la idea habrá muerto.
Este es el enfoque; La selección de ideas en función de cuánto realmente deseas trabajar en ellas, es realmente práctica. Nuestra sugerencia es que lleves una libreta donde enlistes las ideas que se te van ocurriendo en tus momentos de creatividad, en un principio solo eso. Lo que significa: ¡Anotar para no olvidar!
Primero, porque somos un terrible juez de ideas. Somos 50/50 en el mejor de los casos. La mayoría de los inversores, incluso los mejores del mundo, dejaron pasar Airbnb (y miles de otras compañías exitosas).
Segundo, porque la mayoría de las empresas pivotan.
Twitter comenzó como una aplicación de podcasting, y ningún negocio termina pareciéndose al plan de negocios original.
Entonces, si somos un terrible juez de ideas, y si casi todos los negocios se alejan de la idea original … la única manera de avanzar es trabajar en una idea entendiendo que no tiene idea de si será buena o no.
Y eso nos lleva al corazón del asunto.
Que no estamos trabajando en una idea en absoluto porque tememos que no sea «correcto».
La única «buena idea» es aquella en la que realmente quieres trabajar, así que después te tomas un tiempo real en tu agenda para analizar las ideas en función de cuanto realmente estas dispuesto a trabajar en ellas.
Descubrirás el resto de allí.
Esperamos que apliques alguno de ellos para tu beneficio y aprendas de las experiencias de otros empresarios.
P.D
listo … aquí hay 3 maneras en que puedo ayudarte a hacer crecer tu empresa.
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