En realidad, lo que pienso es que sucede al contrario, bastaba con decirle algo para que él debatiera inmediatamente.
Triste.
En ocasiones cuando participamos en foros en línea no importa a veces lo que los participantes opinen siempre hay alguien dispuesto a debatir por tener la última palabra. Lo mismo sucede a veces con los e-mails y los blogs.
La raíz de todo esto, creo yo, es esta necesidad de estar en lo cierto.
Lo sé porque en el momento en que dejé de buscar tener siempre la razón en todo en mi propia vida, todo fue mejor y más fácil: el trabajo, mis relaciones y mis negocios en general. De hecho, yo soy feliz en mi ignorancia.
Admito que sé muy poco en el gran esquema de las cosas, y lo que sí sé está probablemente equivocado.
¿Esta actitud nos impide lograr grandes cosas? No, al contrario.
¿Por qué? Porque el no saber algo y admitirlo significa estar abierto a nuevas ideas, conceptos y oportunidades.
Después de todo, si ya conocemos la verdad pues, entonces no es necesario escuchar a nadie más, ¿verdad? Si alguien coincide con nosotros entonces está en lo que correcto y si no pues está equivocado.
Ahora entiendo a mi padre cuando decía
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